ULTIMOS APUNTES SOBRE EL VESTUARIO


A estas alturas, todavía muchos os preguntareis: ¿Qué diablos me pongo en una boda hawaiana?

Tranquilos, os daré varias pautas para que cumplais con el protocolo (luego vosotros hareis lo que os de la gana), para que asistais elegantes, al mismo tiempo que cómodos y perfectamente uniformados para un evento como éste.

Lo primero que hay que habría que aclarar, es lo que NO ES APROPIADO EN UNA BODA HAWAIANA

En cualquier boda al uso todos sabemos como hay que vestirse, un buen traje para los hombres, una corbata cuca y unos zapatos relucientes. Las mujeres, un vestido elegante, ligero, al ser verano y ser un cóctel, tonos pastel para viscosas, gasas, o satén, y un taconazo unido a unos zapatos nuevos deslumbrantes, bolso a juego y joyería fina. Es decir, nuestras mejores galas al servicio de un casamiento proverbial, aunque estemos incómodos y nos duelan los pies a las primeras de cambio, lo que se dice ir de etiqueta.

Bueno, pues en una ceremonia hawaiana lo primero que hay que decir es NO a los tacones altos, algo inconcebible para cualquier mujer, lo sé, pero yo aviso. Esto es una fiesta al aire libre, en el césped, sobre la arena, en el jardín, donde todo son subes y bajas ¡y encima un cóctel! donde hay que estar todo el tiempo de la ceca a la meca, curioseando, haciendo fotos y participando en posados... Y luego están las escaleras, que en este sitio hay más que en el metro de Madrid, escaleras para ir de un punto a otro, para ir a la barra o al servicio, o al escenario, lo dicho
yo recomiendo 
NADA DE TACONES 
o ateneros a las consecuencias.

Tampoco hay que ir descalzo como harían en una boda hawaiana, pero, donde estén unos zapatos planos, unas buenas albarcas o unas chanclas, que se quite lo demás, aunque Yolanda, seguramente, ni por asomo opine así.


En cuanto a la ropa, a las mujeres ya os comenté, nada de ir peripuestas, están bien los vestidos sueltos, las telas ligeritas, vaporosas, los vestidos de flores -que este año abundan- los consabidos tonos pastel para las clasicas, y los colores rabiosos para las atrevidas. Lo que no es apropiado es ir de postín, por que es una fiesta playera, ¡ay no!, que me regaña Yolanda, es una fiesta alegre, en comunión con la naturaleza, un sumergirse en el Espíritu Aloha, y no en el espíritu Dolce y Gabbana. Del mismo modo que una pamela de diseño sería fantástica en una boda inglesa, en esta boda nuestra, sería objeto de todas las miradas, y de mas de un comentario sarcástico. Por ello, las lentejuelas, los brillos, las transparencias, los escotes pronunciados... o cualquier otra característica que convierta tu look en algo demasiado llamativo en lugar de estiloso y discreto, quedan descartadas. Así que 

NADA DE INDUMENTARIAS FASHION,

que esto no es una alfombra roja donde irradiar glamour, lo que se llevaría es un vestido para cóctel. Recordar que en un cóctel  los camareros pasan con aperitivos y canapés, mientras los invitados conversan de grupo en grupo.

Por eso -y vuelvo a los zapatos- descartado lo que opino y he dicho anteriormente, lo más adecuado es usar un salón de medio tacón, y dejar los de más de 8 centímetros en casa, ya que estarás de pie la mayor parte del tiempo. El maquillaje ha de ser discreto y el peinado natural evitando los estilismos barrocos.

La vestimenta debe ser algo menos arreglada que para un evento de etiqueta, pero más que para uno informal.


Se permite una cierta libertad a la hora de escoger el look, siguiendo, eso sí, los patrones básicos que exige el protocolo, que en el caso del cóctel son muy amplios en relación con otras celebraciones.

Las hawaianas, por ejemplo, se adornan de colores vivos en toda la policromía que ofrece la naturaleza, y sin embargo van sencillas -y muy bellas-, ataviadas de flores en la cabeza, cuello, y en el estampado de los largos y entallados vestidos Muumuu de hombros desnudos. Un elemento casi indispensable en las jóvenes, es el escote de palabra de honor, un clásico entre los clásicos de la vestimenta hawaiana.

Con los hombres todavía es más claro (como siempre). ¡Es una bóda al aire libre y con temática hawaiana!, Al que lleve una corbata se la cortamos, la corbata, y lo otro también ¡por Dios por Dios!
NADA DE CORBATAS

Tampoco es una fiesta cool en la Riviera, ni se necesitan gigolós italianos ataviados de Gucci, es una boda en comunión con la naturaleza (creo que esto ya lo he dicho), vamos a escuchar meles y a soñar con el paraiso, no queremos pimpollos trajeados


NADA DE TRAJES NI AMERICANAS, 
NI PANTALONES CON RAYA 

y ¡santo cristo! 
NADA DE VAQUEROS
que es una boda y no una fiesta de instituto.


Y entonces volvemos al principio ¿Qué diablos me pongo en una boda hawaiana?

En realidad, cualquier cosa con la que os sintais cómodos menos un chándal o unos pantalones cortos, a esto último, vaya, todavía le estoy dando vueltas, pero hay que tener en cuanta que es una boda, y aunque hay que evitar los tiros largos, no está de más mostrar un poco de respeto; en esto, Yolanda es inflexible, no quiere un pícnic en el río, sino un atuendo natural de blusas y vestidos alegres (este año las flores se han puesto de moda tanto en ropa de mujeres como en hombres). Así pues, alegría si es posible en todo lo que os echeis por encima, colorines, flores y si no sois tan atrevidas, vestidos ibicencos con algunos adornos coloridos, los más que sea posible, como si fuese la fiesta de la primavera.

Los hombres, más de lo mismo, pantalones de lino blanco, camisas hawaianas (las hay en H&M, Alcampo, Kiabi, etc.por donde mires), polos alegres, atuendos claramente gais, de manera que nadie diga que no habeis ido vestidos con lo más hortera que guardabais en el fondo de armario, eso es la esencia de una fiesta hawaiana, una explosión de colores, un hervor de buen rollo, una comunión con la naturaleza, y toma ya,

una autopista para que fluya raudo, entre nosotros,
 el espíritu aloha


Boda en Hawaii 5-0

1 comentario:

  1. Hermosa serie! Y me encantó la escena del casamiento. Podrían decirme cómo se llama la canción que dan en ese momento? Gracias!!!

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Una boda y ¡hawaiana!, a ver por donde empezamos.