SOBRE LA COMIDA HAWAIANA

Poi hawaiano
Cuando los marineros polinesios llegaron al archipiélago hawaiano alrededor del año 400 d. C. encontraron pocas plantas comestibles, aparte de unos pocos helechos y frutas que crecían en altitud, de modo que a lo largo de los siglos fueron introduciendo cerca de 30 plantas en las islas, principalmente para alimentarse.​ La más importante de ellas fue el taro.​ Durante siglos esta planta y el poi (hecho con ella) fueron los alimentos básicos de su dieta, y siguen consumiéndose actualmente. Ambos se componen de raíces machacadas hasta conseguir la textura de un puré; algo asqueroso.

También se plantaron batatas y ñames. Los habitantes de las Islas Marquesas (Samoanos en su mayoría) fueron los primeros colonos de Polinesia, llevaron el árbol del pan, y más tarde los tahitianos introdujeron el plátano. Estos colonos también llevaron el coco y la caña de azúcar. Encontraron abundancia de peces, marisco y limu, que es un tipo de alga comestible. Las aves no voladoras eran fáciles de capturar y los nidos proporcionaban abundantes huevos.


La mayoría de las islas del Pacífico no tenían animales que dieran carne con la excepción de murciélagos y lagartos, de forma que los antiguos polinesios navegaron con cerdos, pollos y perros como cargamento. Los cerdos se criaban para sacrificarlos, y su carne se ofrecía en los altares, comiéndose una parte los sacerdotes y dejando el resto para la población que la disfrutaba en una fiesta. En esa segunda etapa, la dieta hawaiana era diversa, y pudo haber incluido hasta 130 tipos diferentes de marisco y 230 tipos de batata.​ Algunas especies de pájaros terrestres y marinos se consumieron hasta la extinción.

En la antigüedad, en Hawái los hombres y las mujeres comían por separado; además, las mujeres y el resto de la sociedad tenían prohibido comer alimentos que no fueran cotidianos (osea verduras fruta y peces) o que se sirvieran en ocasiones especiales (como el cerdo). Fue por ello, que en 1819 el rey Kamehameha II revocó todas las leyes religiosas que se practicaban en el momento, y realizó un un acto simbólico en el cual comió con todas las mujeres, poniendo fin a los tabús religiosos hawaianos.

Anteriormente, a estas fiestas se las llamaba pā‘ina o 'aha‘aina (difíciles de leer, jejeje) pero a partir de la intervención del rey Kamehameha II se crearon las fiestas luau, que han llegado hasta nuestros días. En las primeras luau la comida se solía servir en el suelo, y en las alfombras solía haber grandes centros de mesa, que casi siempre estaban hechos de hojas de planta Ti. En estas fiestas nunca se utilizaban utensilios para comer: todo se comía con las manos. Por ejemplo, el poi, una cosa muy típica en la Polinesia (es una raíz machacada y hervida hasta hacer un puré, en fin una guarrada), dependiendo de su espesor se denominaba de "dos dedos" o "tres dedos", aludiendo a cuántos dedos había usar a modo de cuchara para poder comerlo desde el cuenco (podeis verlo en la primera imagen).




En nuestra boda no vais a comer en el suelo, ni tampoco os ofreceremos platos excesivamente raros sino los más internacionalizados, no vayais a salir corriendo.



Dicho lo anterior, recomiendo abrir la mente para consumir con deleite todos los bocados que podremos probar en nuestra boda, y que espero que os gusten.

¿Te imaginas fusionar Japón, Hawai y Latinoamérica en un solo plato? Pues eso es la comida hawaiana, una mezcla de todo lo que aportaron las distintas culturas que se afincaron en las islas a lo largo de los primeros siglos.
Por supuesto, no dejaremos de probar el Poke, el más extendido y popular plato hawaiano elaborado en todo el mundo  Poke significa ‘trozo’ o ‘sección’ en hawaiano, por cómo troceaban su producto los pescadores que lo inventaron, así que sí, lleva pescado y algas, y sales marinas, y verduras; es riquísimo, y muy sano.


Probaremos las Garlic Shrimp, que son unas gambas aderezadas con especias, muy apreciadas y populares, cerdo hawaiano y algas al estilo nativo.

Y otros platos sorpresa que junto con el menú gourmet esperemos que os guste.

De antemano, os recomendamos no acudais con los prejuicios como punta de lanza, ya que se trata de una oportunidad única de probar platos exóticos.


¡Aloha, os esperamos!

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