NUESTRA BODA: LA COMIDA Y LAS MESAS

Creo que debemos daros alguna idea sobre lo que vamos a cenar en nuestra boda polinesia. No va a ser nada tranquilizador que os diga que también la comida va a ser diferente a lo que estamos acostumbrados en una celebración tradicional. Para empezar, cuando nos planteamos organizar el evento en nuestra casa, enseguida entendimos que allí no cabía una distribución habitual de las mesas, sobre todo por motivos de espacio físico, así que, la primera premisa de nuestra celebración, es que el convite va a consistir en un cóctel, en el que los camareros pasarán con bandejas, y los más listos o los más decididos podrán ponerse las botas.

Pero sabemos que no todo el mundo aguantará de pie, tal como transcurre un cóctel normal, así que en varias zonas (Samoa, Tahití y Molokai) dispondremos de mesas corrientes con asientos normales. El resto no quiere decir que tengan que estar de pie aguantando como centinelas el  paso de los canapés, no, igual que hay mesas altas distribuidas por las distintas islas, también hay taburetes en un número aproximado al de los invitados, de modo que si todos se vieran afectados de un cansancio repentino, todos tendrían un asiento donde caer rendidos y apoyar sus traseros.


Con el fin de organizar a los invitados, hemos hecho un reparto razonado de las mesas para que no andeis a lo loco buscando un sitio donde degustar vuestra primera cerveza, así que, a la entrada alguien os indicará la zona donde, al menos, al principio, debeis dirigiros para dejar los bolsos o el tabaco, y para recogeros, si quereis, sentados con vuestros compañeros afines. Luego, está claro que podreis moveros lo primero a la barra situada en Bora-Bora para tomar algo fresquito antes de que empiece la ceremonia y luego por las distintas islas repletas de detalles que entusiasmarán vuestro fervor fotográfico.

¡¡COLGADLO TODO EN ESTE FACEBOOK 
O EN EL GRUPO DE WASAP!!

Posteriormente colgaremos todas las fotos en la página web 
"Mi gran boda hawaiana", que podeis localizar simplemente buscando en Google.




Una vez aclarado el asunto del espacio, vamos con el complejo tema de la comida.

Aquí no encontrareis langostinos, solomillos o ricos pecados a la plancha -espero que lo comprendais- desde el momento que decidimos hacer la boda en casa, al aire libre, nos planteamos un cóctel especial, algo que pudiera satisfacer los paladares más exquisitos. De modo que nuestra elección ha sido decidirnos por un cóctel gourmet, una suerte de funambulismo gastronómico, que posiblemente no sea del gusto de los tradicionalistas más acérrimos.

Os recomiendo abrir vuestros sentidos 
y dejar de un lado 
los prejuicios sobre alimentación 

No vais a comer gusanos vivos ni saltamontes rebozados, ni tampoco serpientes recién despellejadas -aunque me hubiese gustado ofreceros dichos alimentos-  pero la comida, está claro que va a ser distinta, especialmente los platos hawaianos.

Independientemente del menú contratado para que probemos sus delicatessen, en la zona de Bora-Bora vamos a elaborar unos cuantos platos hawaianos para que probeis una muestra de su gastronomía. No podremos hacer Cerdo Kalua pues requiere de un horno bajo tierra (imu) pero los más sencillos e internacionalizados, trataremos de de ofrecéroslos como muestra de nuestra hospitalidad, y nuestro deseo de acercaros lo más posible al universo polinesio.

Vuelvo a pediros que no penseis en si os va a gustar, sino que le deis una oportunidad a todos los platos que os presentaremos

No hace falta empacharse, simplemente darle un gustillo al paladar, y atreverse a catar platos distintos con ingredientes únicos, varios de ellos importados de Polinesia, y ya os digo que no ha sido sencillo juntar los ingredientes y adornar el espacio con elementos traídos del otro lado del planeta. Nuestra felicidad sería veros disfrutar de los sabores distintos que vamos a ofreceros.

Aloha, amigos.



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Una boda y ¡hawaiana!, a ver por donde empezamos.